Glaucoma

El glaucoma es una enfermedad ocular caracterizada por el aumento patológico de la PIO (Presión Intraocular) por falta de drenaje del humor acuoso. Tiene como condición final una neuropatía óptica caracterizada por la pérdida progresiva de las fibras nerviosas ópticas y cambios en su aspecto.

Este enfermedad se codifica en la categoría GLAUCOMA (H40-H42).

Un gran número de personas no presentan síntoma alguno en las primeras fases de la enfermedad, sino que aparecen defectos en el campo visual y una pérdida progresiva de la visión más adelante. La aparición de estos síntomas puede significar un grado avanzado de evolución. En el glaucoma crónico es inusual que aparezcan síntomas desde el inicio de la enfermedad, sin embargo, en el agudo aparecen síntomas desde que se inicia la enfermedad.

Uno de los factores por los que se produce la aparición del glaucoma es la presión intraocular alta, aunque no existe una correlación entre ambas que lo pruebe al 100% ya que algunas personas desarrollan la enfermedad con PIO normal.

Hay varios tipos de glaucoma que tienen origen y evolución diferentes por lo que la definición no es igual para todos los tipos de la enfermedad. La mayoría de los casos diagnosticados con glaucoma es con glaucoma crónico simple o glaucoma de ángulo abierto.

Según la amplitud del ángulo entre iris y córnea, los glaucomas se pueden clasificar en:

• Glaucoma de ángulo cerrado: Disminución del ángulo iridocorneal (formado por la raíz del iris y la córnea). Evoluciona de forma aguda, con una elevación brusca de la presión intraocular, dolor intenso ("dolor de clavo"), visión de halos de luces, enrojecimiento del ojo, midriasis (dilatación pupilar), náuseas y vómitos. Ocurre cuando se dilata la pupila y provoca en las personas con ángulo iridocorneal cerrado un bloqueo en la parte exterior del iris. Esto requiere tratamiento urgente e inmediato ya que si no se recibe un tratamiento adecuado, en poco tiempo se puede producir ceguera.

• Glaucoma de ángulo abierto: El ángulo iridocorneal es normal. La evolución de este tipo de glaucoma es lento y no existen síntomas aparentes pero se deteriora progresivamente la visión. Debido a esto, este tipo de glaucoma se le ha llamado "el ladrón de la vista". Los principales factores de riesgo que originan este tipo de glaucoma son la diabetes mellitus, presión arterial alta, tabaquismo y su principal causa es una presión intraocular elevada.

Según su origen se clasifican en:

• Primario: si no hay otra enfermedad que lo origine. Aquí se incluyen el glaucoma crónico simple ya que es el tipo más frecuente.

• Secundario: lo origina otra enfermedad. Se incluyen:

1. Neovascular. Formación de nuevos vasos sanguíneos en el iris.
2. Facolítico. Por una catarata de larga evolución y duración.
3. Pseudoexfoliativo.
4. De células fantasma. Por una hemorragia en el humor vítreo.
5. Inflamatorio. Por un proceso inflamatorio dentro del ojo.
6. Postoperatorio.
7. Traumático. Por un traumatismo sobre el ojo se puede producir una hemorragia en la cámara anterior que desencadena una hipertensión por bloqueo de la absorción del humor acuoso en la red trabecular (tejidos esponjosos en la base de la córnea).
8. Lenticular. Mala posición del cristalino.
9. Cortisónico. Por el empleo terapéutico prolongado de cortisona.

Según el momento de aparición se clasifica en:

• Glaucoma congénito. Poco frecuente (afecta al 0,05%). Los síntomas aparecen entre en nacimiento y los 3 años. Más del 50% tiene afectación en ambos ojos. Los diferentes tipos son el glaucoma congénito primario, la hidroftalmia y los asociados a anomalías en el ojo (anomalía de Peters, síndrome de Rieger, síndrome de Axenfel).

• Glaucoma juvenil o infantil. Hereditario y caracterizado por una anomalía ocular en el nacimiento responsable de un aumento de la PIO. Se presenta dentro de los 3 primeros años de vida. 

• Glaucoma del adulto. Se desarrolla en la vida adulta.